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Parents holding twins

Momentos antes del nacimiento de sus gemelos en un hospital del este de Portland, a Grace Howard y Dalton Bagley les dijeron que sus bebés iban a ser transferidos a la Unidad Neonatal de Terapia intensiva (NICU) de otro hospital. La NICU del hospital original estaba llena y los iban a trasladar a la Unidad Neonatal de Terapia Intensiva de Doernbecher Children’s Hospital en el Hillsboro Medical Center.

Grace comentó que fue muy estresante, como “dejarnos colgados de la brocha” cuando les dijeron que no se podían quedar porque no había espacio en la NICU.  En lugar de estar a 10 minutos de la casa, estarían a una hora de distancia.

El día empezó cuando Grace despertó en la mañana y se le rompió la fuente (bolsa). Los gemelos estaban por llegar, antes de su fecha esperada de parto. En unas horas fue ingresada al hospital en donde nacieron Jude y Elliot a las 35 semanas de gestación y con 5 minutos de diferencia.

Sucedieron tantas cosas después  de eso para trasladar a los gemelos a Hillsboro Medical Center, que Grace y Dalton no tuvieron oportunidad de tener contacto piel con piel con ellos.  No verían a los bebés hasta reunirse con ellos en la NICU.

Jude y Elliot tenían que pasar tiempo en la NICU para ayudarles a subir de peso. Les pusieron una sonda y los colocaron en una incubadora. Los médicos también les hicieron análisis de glucosa en sangre porque Grace tuvo diabetes gestacional durante su embarazo.

“Cuando llegamos y nos acomodamos, uno de los médicos bromeó que teníamos habitaciones para él y para ella.”  La NICU tiene solamente habitaciones privadas, cada una con un sofá cama para la familia y un sillón reclinable. Esto permitió que los padres se quedaran con Jude y Elliot y ayudaran con su alimentación y cuidados. Ya que vivían en Oregon City, esto también les evitó tener que hacer el viaje de dos horas de ida y vuelta a la NICU.

“Sabemos lo importante y beneficioso que es para los padres poder quedarse con sus bebés.  Por eso nuestra NICU se construyó como un entorno orientado a las familias —dijo la doctora Angela Douglas, médica hospitalaria pediátrica—, muchas de nuestras familias han podido quedarse con sus bebés mientras están internados, incluso en estancias de meses.”

Desde que abrimos hace un año, la NICU ha atendido a 86 bebés, 49 nacidos en Hillsboro Medical Center y 37 trasladados de otros hospitales. Todos los integrantes del equipo de la NICU —desde las enfermeras, sus asistentes (CNA), las consultoras de lactancia, hasta el personal de limpieza, los servicios de nutrición y los de trabajo social— son instrumentales en apoyar a las familias para que puedan quedarse en el hospital y desempeñar un papel central en el cuidado de sus bebés.

“Estos son mis primeros bebés biológicos y no tenía idea de cómo alimentarlos, cambiarles los pañales o cobijarlos —dijo Dalton—, las enfermeras y el personal me han ayudado mucho enseñándome varias habilidades de crianza para cuidar a nuestros hijos.”

A Grace le pareció fabulosa la forma en que el personal se esmeró en que tuvieran todas las comodidades para quedarse en la NICU. Lo que más agradeció fue que pudieron tener el contacto piel con piel con Jude y Elliot al mismo tiempo durante los primeros días. “Fue maravilloso estar todos juntos otra vez y poder empezar a forjar un vínculo afectivo.”


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